sábado, abril 25

JORDANIA

JORDANIA, ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA.
17 febrero, 2007.

Amman, Jordania. Nos alojamos en el hotel Le Meridiem. Esta mañana salíamos de Zaragoza en un Opel Corsa de alquiler rumbo a Barajas repitiendo el ritual que cada vez realizamos cuando salimos de viaje. Un embrujo, el momento mágico que supone saber que dentro de unas pocas horas vas a encontrarte en un mundo completamente diferente.
Ahora mismo no podemos decir que nos encontremos en el lugar más seguro del mundo precisamente. Al noreste Irak, donde los atentados se suceden día a día con decenas de muertos. Al noroeste Gaza-Cisjordania, los territorios ocupados por Israel a los palestinos. Luego se encuentran Libano e Israel que se están dando continuamente de palos. Al sur Egipto y al sureste Arabia Saudita. En los próximos días vamos a conocer parte de este país y seguro que nos esperan muchas sorpresas agradables. Embraguiémonos con los olores y colores de este país, Jordania.
18 febrero, domingo.
Para hoy no había nada programado, día libre. Después del desayuno hemos tomado un taxi, mejor dicho, nos ha abordado un taxista, y se ha ofrecido a hacernos de improvisado guía hablándonos en inglés. Primeramente hemos ido a ver la mezquita del rey Abdullah tambièn conocida como la mezquita azul por el color de su enorme cúpula. Inaugurada en 1989 por el rey Hussein que quiso dedicarla a su abuelo. La grandeza del exterior contrasta con la sencillez de dentro. Un inmenso vacío, una alfombra roja, el púlpito donde predica el imán, la forma geométrica -el círculo-, el silencio... ingredientes suficientes para que con la oraciòn el fiel alcance su particular estado de éxtasis. Nieves para poder acceder al recinto ha tenido que ponerse un hàbito negro, algo que no le ha hecho ninguna gracia.
Hemos estado tambièn frente a la mezquita de Husseim situada en el centro del Down Town, aquí no hemos podido entrar. Luego hemos subido hasta la Ciudadela, el jabal Al Qal'ah. Sobre esta colina, a unos 800 m. de altitud, se asentaron los primeros moradores de Amman. En la edad de bronce y había un asentamiento. Amonitas, griegos, romanos, bizantinos y árabes fueron ocupando el lugar que iban dejando los otros. Se ven las columnas de Hércules -s.II d.c.- y el Palacio Omeya -720-. Las vistas de las colinas de Amman son excelentes. Al fondo se ve el mástil de bandera más alto del mundo, con 126,8 m. y enarbola una bandera nacional con 60 m. de ancho por 30 de largo. Amman se sitúa sobre siete colinas y su extensión es enorme. Tiene una población de dos millones. El país no llega a los seis. Además de los jordanos hay muchos palestinos e iraquíes que han huído de la guerra.
Luego hemos ido al Teatro romano que hoy todavía se utiliza para algunos eventos -s.II d.c.- La acústica es impresionante. Como curiosidad Nieves se ha colocado en un lado de las gradas y yo en el otro extremo. Hemos estado hablando utilizando los enormes bloques de piedra como hilo conductor ynos escuchábamos perfectamente.
Después y siguiendo con el taxista sin dejarnos un momento, hemos dado un paseo por los bazares de la ciudad, el lugar donde las tiendas se agrupan por gremios creando un universo fantástico de colores.
Amman se ve como una ciudad relativamente moderna. Las mujeres visten como en Occidente y solo unas pocas llevan el pañuelo en la cabeza, las menos el burka (sòlo aquellas que proceden de Afganistan, Irán e Irak). Esto en la ciudad, por supuesto, en el mundo rural las cosas son diferentes. El caos circulatorio es enorme, al igual que ocurre en todos los países árabes cruzar la calle es jugarte literalmente la vida. Casi no existen semáforos. El parque móvil se ve actual.
Hemos comido en un restaurante chino del hotel. Decir que las medidas de seguridad en el hotel son extremas. Hace ahora un año y medio se produjeron tres atentados realizados de forma simultánea en tres hoteles diferentes donde murieron sesenta turistas occidentales. Tantas veces como entramos en el hotel nos cachean y escanean. Hay continuamente dos soldados en la puerta con chalecos antibalas y ametralladora en mano. De vez en cuando los terroristas utilizan Jordania para desestabilizar la paz en Oriente Medio y de paso darse publicidad.
Después de la siesta hemos vuelto a coger otro taxi, esta vez prescindiendo de los servicios de guía, y hemos vuelto al centro de la ciudad. El paseo no ha durado mucho rato. Nieves me agarraba la mano con fuerza, la notaba tensa, angustiada y que no disfrutaba para nada del paseo, así que hemos vuelto al hotel. Ciertamente no se veía a ningún occidental y tampoco a ninguna mujer. Puede imponer un poco, pero la verdad es que es una ciudad segura. Hemos cenado el buffet del hotel y ya a dormir.
19 febrero, lunes.
Hoy hemos salido por vez primera de excursiòn fuera de la ciudad. A las 8,15 h. nos venía a recoger nuestro guía Sophian a las ocho personas que formamos el grupo, dos matrimonios con sus hijos y nosotros. En realidad una de las parejas ni existe y es que son lo más anti que hemos conocido en nuestras vidas, hasta el extremo de no decir ni buenos días en el ascensor y así han continuado el resto del día.
Primeramente hemos ido a Jerash. Los restos arqueológicos de esta ciudad están considerados de los mejores del mundo en cuanto a lo que una ciudad de provincia romana se refiere. En aquella época se la conocía como Gerasa y formaba parte de la Decápolis o conjunto de ciudades autónomas. Hemos comenzado por el Arco de Adriano, la Plaza Oval, la Avenida principal o Cardo, la Catedral, Templo de Artemisa, el hipódromo... Las dimensiones de la Plaza Oval son enormes, 90 x 80 m. con 56 columnas jónicas del s.I que se conservan en la actualidad. En este lugar se hacían mercados así como ejecuciones y sacrificios. En el teatro, con capacidad para cinco mil personas, se conservan aún inscripciones griegas en las gradas que marcaban los asientos privados para abonados. La acústica es impresionante. Los gaiteros de la guardia del desierto nos han tocado algo. Lo de las gaitas no es que sea muy árabe, es herencia del protectorado británico.
En lo alto de la ciudad se encuentra el Templo de Artemisa. Allí hay una columna que se balancea con aire y es que no está cimentada a ninguna parte. El guía ha colocado una cucharilla en su base y se movía. Ha resistido el paso de los siglos y a numerosos terremotos allí continúa en pié. La razón parece ser que la base en cóncava y esto hace que la columna siempre esté en equilibrio. De todos modos muy curioso.
La visita a Jerash ha resultado más que meritoria. Durante el trayecto en el bus hemos podido ver la configuraciòn del norte del país, muy cerca de Siria e Israel. Destaca la sucesiòn de colinas. El guía nos ha indicado incluso detrás de cual está Jericó y Damasco. Hemos atravesado un par de campamentos de refugiados palestinos. Seguidamente hemos ido a Ajlun donde se encuentra el único castillo construído por los musulmanes durante las cruzadas, el Qala'at ar Rabat, s.XIII.
Hemos comido en un restaurante de carretera regreso a Amman. Ensaladas, cordero, pan pita, crema de garbanzos... riquísimo. Al llegar a la capital Sophian nos ha llevado a ver lo que Nieves y yo hicimos ayer por nuestra cuenta.
En Jordania hay monarquía, el rey Abdalah y la reina Noor. Hablar mal de ellos supone la pena de muerte. La verdad es que Husseim era mucho más querido. Los actuales, como ha dicho Sophian, pasan demasiado tiempo fuera del país. Y es que realmente aquì en Occidente se comen muchas portadas de revistas y son asiduos en inauguraciones de pasarelas en Milán, París o Londres, entre otras.
Entre algunas de las reformas que han realizado están la de darle a la mujer más rol. Hasta hace poco tiempo si un marido encontraba que su mujer no era virgen el día de su noche de bodas podía matarla sin más problemas. Esta práctica, sin embargo, la realizan ahora los padres aunque suponga cadena perpetua. Jordania es un país que avanza lentamente a la modernidad...

21 febrero, martes.
A las ocho de la mañana nos venía a buscar al hotel Sophian y comenzábamos así una apasionante jornada.
Saliendo de Amman hacia el oeste nos hemos dirigido a realizar la llamada "ruta de los castillos del desierto". Enseguida nos hemos internado en este paisaje infinitamente vacío, pero bello. Este no es un desierto de arena sino de piedras, muy similar al desierto de los Monegros que tan cerca tenemos de casa. La carretera, una recta sin fín, donde circulan caravanas de camiones con una matrícula especial de la Liga Arabe que les permite realizar miles de kilómetros sin parar en las aduanas. Hemos pasado por un centro de formaciòn de policías iraquíes que EEUU tiene en Jordania.
Con Sophian he tenido ocasiòn de charlar sobre la situación que actualmente está viviendo Irak. Ciertamente Sadam era un dictador y esto no le merece ninguna simpatía, pero la invasión del país tampoco era una opciòn. Es un país donde se rigen por conductas medievales, donde hay numerosas tribus: chiitas, sunníes, pastunes, etc. y ellos mismos tendrían que haber resuelto su situación con el tiempo. Se demostró más tarde que Sadam era un pobre diablo y que no suponía un riesgo para la humanidad. Pero claro, el tener una de las reservas petrolíferas más importantes del mundo supuso la baza más importante para la invasiòn del país. Ahora se encuentran al borde de la guerra civil, al menos antes estaban todos controlados. Sophian dice que a los americanos les pasará como en Vietnam, tendrán que salir como han entrado.
Hemos visitado la fortaleza de Qasr Kharana. Servía como posada y para descanso de las caravanas de camellos. Luego Qsayr Amra, Patrimonio de la Humanidad, venía a ser una especie de casa de descanso cuando su dueño salía de caza con sus amigos. Sólo cuenta con dos habitaciones. Destacan los frescos de sus paredes donde bellas doncellas relatan el día a día. Finalmente hemos visto el castillo de Qasr al-Azraq donde Lawrence de Arabia tenía una habitaciòn. Está hecho de piedra volcánica. Finalizada la ruta de los castillos hemos ido al Mar Muerto. Allí hemos comido en uno de los muchos hoteles que para el turismo se están construyendo. Luego me he puesto el bañador y ¡al agua!. He podido sentir lo que es estar flotando en el punto más bajo de la tierra, 420 m. bajo el nivel del mar y tambièn el más salado, un tercio del mismo es sal. Es imposible ahogarte por mucho que lo intentes. Es una especie de gelatina aceitosa muy densa. El paisaje es único. Enfrente, en la otra orilla está Israel. El río Jordán, donde fué bautizado Jesucristo, desemboca en el Mar Muerto. No hay ningún tipo de vida en estas aguas, ni un solo pececillo. Sophian nos ha dicho que la semana pasada unos jordanos intentaron cruzar a la otra orilla y fueron capturados. Ahora serán juzgados como terroristas.
Ya de vuelta hemos parado a comprar algunos cosméticos, son famosos los barros del Mar Muerto a los que se les confiere numerosas propiedades curativas.
Desde el bus de regreso a Amman nos han llevado por la zona donde viven los más adinerados del país, junto a la embajada de Estados Unidos vigilada con tanquetas. Hemos visto una mansión valorada en siete millones de euros. La verja que rodea la finca tiene unos escudos enormes de oro macizo.
Por todo el país se ven fotos del rey Abdullah y su padre Husseim. Se palpa que esto es una monarquía absoluta, todos los poderes emanan del rey.
Esta ha sido la apasionante jornada de hoy, más no se puede pedir.

21 febrero, miércoles.
Nos encontramos en Petra. Esta mañana salíamos de Amman para ir al Monte Nebo. Desde lo alto se divisa la Tierra Prometida que Moisés vió pero que nunca pudo alcanzar porque murió allí mismo según reza la tradición. El paisaje es de película. Allí mismo se encuentra una pequeña iglesia del s. IV que conmemora la muerte de Moisés. Tiene un mosaico de "Siyagha" que representa el mundo de la caza. Hemos visto un olivo que plantó Juan Pablo II durante su visita, ya que este enclave está considerado como lugar de peregrinaciòn.
Nos hemos dirigido luego a la ciudad de Madaba donde hemos visitado la Iglesia de San Jorge donde destaca un mosaico construído con dos millones de teselas y que traza el mapa de Palestina y Tierra Santa tal y como se conocían en el siglo IV. Es curioso un icono de la Virgen de tres manos sujetando al niño Jesús, una azul que surge por la parte inferior del cuadro. Dice la leyenda que estando un fiel un buen día orando descubrió esa anomalía que antes no se conocía, lo cual fué considerado como un milagro.
Las carreteras por las que hemos estado todo el día transitando se encuentran entre unos paisajes increíbles por su belleza. Hemos parado a comer en un restaurante de carretera y yo como siempre he salido muy satisfecho, por no variar. He probado un poco de todo y el plato típico de Jordania, cordero guisado con yogurt y arroz. Exquisito.
Luego hemos visitado la fortaleza de Karat, un castillo de las Cruzadas, aústero y muy resistente para cumplir con sus labores defensivas. Su estado de conservaciòn es ruinoso.
Nos alojamos en el lujoso hotel Movenpick, situado en la misma entrada a la antigua ciudad nabatea. Sus interiores, sus salones y cafeterías son puro glamour árabe, impresionante.

22 febrero, jueves.
Y llegó por fín el día que todos esperábamos, el motivo fundamental de este viaje, la visita a Petra. Alguna vez he leído que habría que venir al menos una vez en la vida, yo ahora añado que por lo menos tienen que ser dos para asegurarse que la primera vez no fué un sueño.
Descubierta en 1812 Petra ha estado siempre envuelta en el misterio, una ciudad que ha estado oculta para el resto del mundo durante 2000 años.
Hemos entrado por el desfiladero a pié y no en calesa para poder disfrutar más tiempo el Sik. Unos 1200 m. hemos estado caminando entre gargantas de hasta cien metros de altura. El color de las paredes, rosa, amarillo, ocre, etc. fruto de la oxidación de diferentes sales que arrastran las aguas parecen haber sido pintados por ángeles que en ese momento pasaban por allí. El marco es surrealista, parece la imagen que crea tu mente en un momento de ensoñación. Los canales que construyeron los nabateos para recoger el agua de lluvia, incluso empleaban tuberías hechas de cerámica, demuestra que eran unos excelentes ingenieros hidraúlicos.
Antes de llegar al final del Sik, Sophian nos ha pedido que dejásemos de mirar al frente y lo hiciésemos al suelo mientras caminásemos y que nos avisaría cuándo podíamos levantar la mirada. De pronto, una imagen de otro mundo, sobrenatural, única, divina que pone la piel de gallina y casi te hace llorar de emoción: ante nuestros ojos y con el temor de que sólo sea una alucinación, se alza la fachada del Tesoro, Al-Khazneh.
El Tesoro se construyó como tumba real. Llamado así porque en la antiguedad pensaron que allí se escondían tesoros. Data del siglo I d.c. El color rosáceo de la roca arenisca te ayuda aún más a sentirte como si de repente estuvieses dentro de un cuento de hadas, un cuento cuyos dibujos han sido pintados a mano y del que nunca quieres salir. Es de lo más bello que unos ojos humanos pueden ver jamás. Por sí sola, Petra, merece un viaje a Jordania.
Pero Petra no es sólo el Tesoro, sólo acaba de comenzar el cuento...
Paseamos por la calle de las Fachadas, sepulturas y casas en la roca. El Teatro, con el que tambièn contaban para usos culturales y ampliado luego por los romanos.
Ascendiendo a través de unas escaleras hemos llegado hasta la tumba de Urna, del Palacio y de la Seda. Todavía pueden verse en los techos el color negro del humo de las hogueras que hacìan los beduínos ya en tiempos más recientes.
Despuès de ver otros edificios hemos comenzado una ascensiòn de 850 escaleras hasta llegar al Monasterio, s.II. La fachada recompensa con creces el esfuerzo para llegar hasta allí. Luego, de vuelta, hemos bajado muy despacio porque la arena en las escaleras resbala como el hielo.
Ya abajo, hemos comido en un restaurante que hay dentro de la misma ciudad nabatea. Son los beduínos quienes dirigen por completo el negocio, pagando unas tasas al Estado. Ahora es candidata a ser una de las maravillas del mundo y entonces será el propio gobierno nacional quien controle el lugar.
Le he preguntado al guìa si alguien podrìa venderme alguna moneda autèntica de la época. Me ha dicho que el me indicaría porque había algunos niños que vendían monedas falsas. Me ha presentado a un anciano y le he comprado dos monedas, una nabatea y otra romana. Quiero pensar que son auténticas y no precisamente para hacer negocio, simplemente porque me gusta coleccionarlas.
Conforme el sol iba ocultándose el color de Petra adquiría un tono más rosáceo. Cuando de nuevo hemos parado ante el Tesoro éste estaba aún más bello, si cabe. El Tesoro es su propia imagen. No hay oro. Lo único que allí puede estar oculto es el sentimiento de la persona que lo contempla y que cuando despierta ha encontrado realmente EL TESORO.
Hoy se ha cumplido sin duda otro de mis sueños...

23 febrero, viernes.
Nos encontramos de nuevo en Amman. Esta mañana salíamos de Petra par ir al desierto de Wadi Rum. Durante el viaje, unas veces por autovía, otras por carretera, hemos visto a lo lejos, en lo alto de una montaña, la tumba de Aaron, hermano de Moisés.
Wadi Rum se encuentra a 120 km. de Petra. Es como un enorme mar pero sin agua, con montañas que surgen erosionadas por la naturaleza adoptando formas tan caprichosas como una que se antoja a la mismísima esfinge de Keops. Un beduino nos ha llevado en un todo terreno por el desierto durante dos horas y media aproximadamente. Paramos en lugares de interés para sacar fotos, puentes naturales, inscripciones nabateas, la vivienda donde se alojó Lawrence de Arabia. Nos han preparado un té. Hemos subido caminando por una inmensa duna. La arena es finísima, se escapa de las manos. Nos han contado que por la noche salen zorros, hienas, conejos... el desierto está lleno de vida.
Sophian me ha contado que los beduinos reciben un trato especial por parte del rey. Esto se debe a que apoyaron a Husseim cuando fundó el país. Cuando acaban una carrera universitaria tienen empleo directamente.
Hemos comentado el controvertido tema de los velos en la cabeza y cara tapadas de las mujeres. Sophian dice que lo más bello en una mujer son los ojos, eso es lo único que se debe de enseñar, el resto es para el esposo...
Durante el trayecto a Wadi Rum hemos atravesado un tramo de autopista más ancho de lo normal durante ocho kilómetros y es que allí aterrizaban los aviones de Irak en su guerra contra Iran.
Sophian me ha preguntado qué era Jesucristo para nosotros, un Dios o un profeta. Le he respondido lo que me dijo un guía en la India. Dios supongamos que está hecho de mil elementos naturales, nosotros los humanos podemos tener 300 de ellos, pues hay gente que quizás tenga 600 y son los profetas, es decir, gente que está más cerca de Dios que nosotros pero no son Dios. El Corán, dice Sophian, cuenta lo mismo.

Esta ha sido nuestra aventura en Jordania. Un viaje fascinante. Me llevo en mi mente y en mi corazón a todo el pueblo jordano y sobre todo la imagen de una piedra viva que ya nunca podré olvidar, Petra.
Mañana regresamos a España. En Barajas nos esperará nuestro coche de alquiler y nos marcharemos con él a Toledo para apurar lo que resta de fín de semana.

JORDANIA, ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA

Mezquita Azul o del rey Abdullah

Columnas de Hèrcules en la Ciudadela Al Qal'ah

Anfiteatro de Amman



Arco de Adriano en Jerash



Plaza Oval

Avenida del Cardo










Castillo Ajlun, Qala'at ar Rabat



126,8 m. de altura. 60 x 30 m.








Monte Nebo

Monte Nebo. Detrás de mí se ve la "Tierra Prometida". En este punto Moisés muriò tras descubrirla.

Esta losa cerraba el sepulcro del hermano de Moisés, Aaròn



Interior de la capilla que hay situada en el Monte Nebo




Este olivo fuè plantado por Juan Pablo II en su peregrinaje al Monte Nebo


El Rey Husseim de Jordania junto a su padre. La imagen se repite en numerosos lugares

Entrada a la increìble ciudad de Petra




Nieves en el desfiladero de Petra

Cuesta creer que lo que estás viviendo no es un sueño




La entrada suele hacerse en calesa. Nosotros preferimos hacerla andando para saborear el momento más despacio


¿Seguro que este lugar no fuè pintado por los ángeles?


Como dos elefantes...



Canales para transportar el agua de las lluvias

El aprovechamiento de los recursos estaba muy avanzado

Y por fìn el sueño hecho realidad: EL TESORO.











Algunos beduinos siguen viviendo en Petra


Anfiteatro construído en el periodo romano





El Monasterio

No importan los cientos de escalones que hay que subir hasta el Monasterio

Las vistas son espectaculares


 Algunas personas realizan la ascensiòn en burro










Nos alojamos justo a la entrada de Petra en el hotel Movenpick


Desierto de Wadi Rum



Cuesta creer que estamos en la Tierra y que esto que vemos fuè un gran océano




Un hàbil beduino nos llevò por el desierto sobre este Nissan


Hall hotel Le Meridiem donde nos alojamos en Amman





Nòmadas del desierto



Mosaico en la iglesia de San Jorge en la ciudad de Madaba



Una esfinge en el desierto de Wadi Rum