miércoles, marzo 14

ALBI,CASTRES Y CARCASSONE

ALBI, CASTRES Y CARCASSONE.

El invierno poco a poco languidece. Los días van hacièndose màs largos y el sol va ganándole la batalla a la oscuridad. Decidimos nuevamente acercarnos hasta la vecina Francia para conocer nuevos parajes y volver a algunos que ya conocìamos de visitas anteriores. Asì, el miércoles día 29 de febrero emprendemos nuestra excursiòn que nos llevará cuatro días.
  Salìmos temprano, a eso de las seis de la mañana. Pasamos por Huesca, Jaca y observamos desde el coche las maravillosas vistas que ofrece el Pirineo aragonés.Cruzamos la frontera por el túnel del Somport, en otras fechas inmaculado por la nieve, y continuamos direcciòn Pau, Toulousse y llegamos hasta Albi donde pasaremos nuestra primera noche.
Nuestro hotel en Albi

Bella imagen de Albi
 Tras dejar las maletas en el hotel salimos apresuradamente para conocer la bella ciudad de Albi. La ciudad cuenta con 51.200 habitantes, aproximadamente. Situada en el departamento del Tarn. Bañada por las aguas del río Tarn. Las arcillas de este río proporcionaron a sus habitantes la materia prima con la que construir sus casas: el ladrillo rojo del Tarn, así como sus puentes y la catedral.

 Los dos edificios más emblemáticos de la ciudad son La Catedral de Santa Cecilia, sus obras comenzaron en 1282 y tardaron dos siglos, y el Palacio de la Berbie, hoy museo.
Catedral y al fondo a la derecha Palacio de Berbie

La catedral de Santa Cecilia es bella, enorme y majestuosa







Sientes empequeñecer ante obras tan enormes
Conocida como la "ciudad roja" por la tonalidad de los ladrillos






Esclusas en el rìo Tarn



Rincones y plazoletas que son del pasado

El jueves por la mañana abandonamos Albi. Nos trasladamos a Castres. Por el camino encontramos un letrero donde leemos Lautrec villa con encanto y allì nos detenemos. Realmente es un pueblecito con un encanto espectacular digno de poderse rodar en él pelìculas de època medieval.

















Verdaderamente es un lugar con un encanto medieval maravilloso que como dije no teníamos apuntado en nuestra agenda y nos sorprendió muy gratamente.
Llegamos a Castres, nos alojaremos en el hotel Europa, en el centro de la ciudad. Cuidado si alguna vez viajais a esta ciudad porque aparcar cuesta un dinero en todo el centro de la ciudad hasta que llega la noche. Pienso que tiene que ser el Ayuntamiento màs rico de Europa, sólo en las afueras se puede encontrar un aparcamiento gratuito y esto está muy lejos de todo.
  Castres es una ciudad habitada por unos 43000 hb. La cruza el río Agout, afluente del Tarn. Destacaremos fundamentalmente el lugar del centro de la ciudad por donde atraviesa este rìo donde se encuentran unas casas sumergidas en el mismo. Ademàs cuenta con una enorme plaza donde todos los días se celebra algún tipo especial de mercado al que acuden las gentes a comprar y se hace realmente animoso sentarse en una de sus muchas terrazas y ver el gentío.






Nuestro hotel. Por fuera de època, por dentro excelente

Detalle de nuestra habitaciòn

Con una panatalla de TV enorme

Hall del hotel


Plaza y al fondo el mercado



El rìo Agout cruza la ciudad con imàgenes tan bellas como esta


Así, llegamos al viernes. Cruzando las "Montañas Negras" nos dirigimos a Carcassonne. En esta ciudad hemos estado ya varias veces y creo que la ciudad fortificada es probablemente la más impresionante de Europa.
  Carcassonne se encuentra en la regiòn de Languedoc-Rosellón. Tiene una población de 48. 000 hb. Famosa en la cruzada contra los albigenses cuando era un feudo de los cátaros. La ciudad fortificada en verdad es una maravilla. Llegó a estar tan deteriorada que en 1849 estuvo a punto de ser derruìda, afortunadamente se optó por su reconstrucciòn lo cual y sin duda es de agradecer por todos los que alguna vez hemos visitado este magnífico enclave que resalta más si cabe el gusto que en Francia tienen por la conservaciòn de su patrimonio y que hace que sea el país del mundo que mayor número de turistas recibe. Nos alojaremos en el hotel La Barbacone que ya conocíamos de otra vez. Cuenta con estudios y apartamentos y su relación calidad-precio es excepcional.
  Antes de presentarnos en el hotel atravesaremos la ciudad y nos dirigiremos hasta Minervé, a unos 60 km. Recordamos que hace algunos años encontramos en este precioso pueblecito un restaurante donde ofrecían un suculento menú degustaciòn basado en la trufa. Probamos suerte para ver si todavía existe el establecimiento y vaya si la tenemos.

Panorámica de Minerve
Entre acantilados

Trazado medieval
Restaurante Chantovent


Nieves concentrada con la carta

De aperitivo puré con trufa
Revuelto de huevos y trufa
Ensalada de foie
Solomillo de ternera con foie
Queso Brie con mermelada de romero
De postre coulan de chocolate
y helado sobre base de manzana asada



Y después de tan suculenta comida regresamos a Carcassonne.








Impresionante vista de La Cite















  
  El sábado regresamos de nuevo. Antes de partir todavía damos otro paseo por la ciudadela. De vuelta a nuestro lugar de residencia hacemos una breve parada en otra ciudad que no conocíamos, Narbonne. Destacan la Catedral de San Justo y San Pastor. Frente a la misma se encuentra una porciòn de la Via Domitia, s.IV, vestigio de la primera gran ruta romana.


Via Domitia







Y así damos por concluído un nuevo episodio de nuestra pasión, de nuestro ser, de VIAJAR, LA PUERTA AL CONOCIMIENTO.